Por Ramiro Diaz
En el fútbol argentino, las diferencias salariales entre jugadores son una constante, y en Boca Juniors, este fenómeno no es la excepción. Dos jugadores claves en el club, Sergio "Chiquito" Romero y Nicolás Figal, tienen sueldos marcadamente diferentes que reflejan no solo sus habilidades y roles dentro del equipo, sino también sus trayectorias, el impacto mediático y la jerarquía que cada uno tiene en el plantel. Según los datos de Salary Sport, mientras Romero gana poco más de 1,3 millones de dólares al año, Figal recibe cerca de medio millón de dólares anuales, lo que pone de manifiesto una diferencia considerable en sus contratos.
Sergio Romero, uno de los arqueros más destacados en la historia del fútbol argentino, posee un salario que se ajusta a su condición de referente en Boca Juniors. Con más de 1,3 millones de dólares al año, Chiquito ha logrado posicionarse como una figura clave no solo en el equipo, sino también fuera de él. Su vasta experiencia internacional, que incluye pasajes por gigantes como Manchester United y su rol protagónico en la selección argentina, lo coloca en un lugar privilegiado dentro de la estructura económica del club.
El salario de Romero es el reflejo de su impacto global, su capacidad para generar ingresos adicionales al club y su rol como líder dentro del vestuario. A sus 37 años, sigue siendo una pieza esencial bajo los tres palos, aportando seguridad, confianza y el bagaje necesario para competir al más alto nivel. Su relevancia tanto dentro como fuera del campo lo ha convertido en uno de los jugadores mejor pagos del plantel xeneize, un hecho que no sorprende dado su historial y la importancia que tiene para el equipo.
En contraste, Nicolás Figal, defensor central titular de Boca, recibe un salario considerablemente más bajo que su compañero de equipo. Con aproximadamente medio millón de dólares anuales, el defensor tiene un contrato que refleja su importancia dentro del esquema táctico de Sebastián Battaglia, pero no alcanza las cifras de un arquero de la talla de Romero. Aunque Figal ha sido clave para la estabilidad defensiva del club, su rol no atrae el mismo tipo de atención mediática ni genera los mismos ingresos comerciales que otras posiciones, como la de los arqueros o delanteros.
A pesar de ser un titular indiscutido en la defensa, el contrato de Figal es una muestra de cómo las posiciones en el campo de juego influyen directamente en las negociaciones salariales. Si bien su desempeño es crucial para el equilibrio del equipo, los defensores suelen recibir salarios más bajos que los jugadores de otras líneas, especialmente aquellos con una mayor exposición mediática.
Las disparidades salariales entre Chiquito Romero y Nicolás Figal no son una casualidad, sino el resultado de varios factores que afectan al fútbol profesional. En primer lugar, el rol de arquero se considera uno de los más importantes en un equipo de élite, ya que es el encargado de garantizar la seguridad en el arco y tiene una mayor influencia en el desempeño general del equipo. Además, los arqueros suelen tener un mayor protagonismo mediático debido a la visibilidad de su posición.
Por otro lado, los defensores, aunque igualmente esenciales para el funcionamiento del equipo, no gozan de la misma proyección fuera de los estadios. La naturaleza de sus posiciones les otorga menos exposición a nivel comercial, lo que se traduce en una menor capacidad para generar ingresos adicionales para el club. Esto explica en gran medida la brecha salarial entre Romero y Figal.
09/03/2025
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