Por Ramiro Diaz
Tras la eliminación de Boca Juniors en la Copa Libertadores frente a Alianza Lima, uno de los momentos más difíciles de su historia reciente, Juan Román Riquelme, presidente segundo del club, rompió el silencio y asumió toda la responsabilidad por el fracaso. Según informó el periodista Julio Pavoni en TyC Sports, el exfutbolista dejó en claro que no iba a culpar al plantel ni al cuerpo técnico, sino que, de manera rotunda, se hizo cargo de los errores que llevaron al equipo a una de las derrotas más humillantes de los últimos tiempos en la competición continental.
"Esto es totalmente responsabilidad mía", afirmó Riquelme en una conversación puertas adentro, dejando claro que el fracaso de Boca en la Libertadores no era un asunto que debía recaer sobre los jugadores ni sobre el entrenador, Fernando Gago, quien también se encontraba en la cuerda floja tras este durísimo golpe. Con este gesto, Riquelme subraya su peso en las decisiones clave del club, especialmente en cuanto a la conformación del plantel y la gestión interna de la institución.
La eliminación de Boca ante Alianza Lima fue, sin dudas, un golpe durísimo. El equipo argentino, que llegaba con expectativas altas para avanzar de fase en el torneo más importante del continente, cayó en la última fecha del Grupo F de la Copa Libertadores, ante un rival considerado inferior. El equipo peruano, a pesar de no haber sido favorito en ninguna de las apuestas, logró el empate que dejó a Boca fuera de la competencia, desatando una ola de críticas y cuestionamientos internos sobre la planificación, las decisiones y el rumbo que está tomando la institución.
Riquelme, fiel a su estilo directo y transparente, no escatimó en palabras al referirse al papel del club en este fiasco. El exjugador de Boca, considerado uno de los máximos íconos del club, no dudó en asumir que la responsabilidad de la eliminación recae en la dirigencia que él mismo representa. Esto, a pesar de los esfuerzos del cuerpo técnico y los jugadores por darle vuelta a la situación.
La decisión de asumir la responsabilidad pública ante el fracaso también tiene que ver con la mirada crítica que Riquelme ha mantenido desde su llegada a la dirigencia de Boca, sabiendo que su liderazgo no solo se trata de celebraciones y logros, sino también de afrontar con madurez los momentos difíciles. En medio de la crítica feroz de los hinchas y la prensa, Riquelme optó por mantener una postura firme, enfrentando la adversidad y poniendo en evidencia que la autocrítica es una herramienta necesaria para cualquier dirigente que aspire a liderar un club de la magnitud de Boca Juniors.
Lo que parecía una noche de fiesta para los hinchas de Boca terminó convirtiéndose en una de las peores humillaciones internacionales en la historia reciente del club. La eliminación, acompañada de la incertidumbre sobre el futuro del cuerpo técnico y los jugadores, deja en el aire muchas preguntas sobre qué le espera a Boca en la próxima edición de la Copa Libertadores. Sin embargo, el hecho de que Riquelme haya asumido la responsabilidad, sin buscar chivos expiatorios, genera la expectativa de que el club podrá aprender de este tropiezo y buscar soluciones a largo plazo.
A pesar de las críticas, Riquelme dejó claro que no habrá cambios drásticos inmediatos. La autocrítica, dijo, debe ser el primer paso para luego replantear el futuro. De cara al futuro, Riquelme tiene por delante una tarea fundamental: no solo fortalecer a Boca desde lo futbolístico, sino también recuperar la confianza de los hinchas que hoy se sienten decepcionados por la inesperada eliminación.
26/02/2025
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